Publications by and with Bernard Lietaer

@book{Lietaer2010f,

title = {Monedas Regionales - Nuevos Instrumentos para una prosperidad sustentable},

author = {Bernard Lietaer and Margrit Kennedy},

isbn = {9788461385997},

year  = {2010},

date = {2010-01-01},

urldate = {2010-01-01},

publisher = {La Hidra de Lerna Ediciones},

abstract = {Se entiende por sistemas monetarios sociales, también conocidos como alternativos, comunitarios, complementarios, locales, paralelos, etcétera, a aquellos sistemas monetarios que se crean al margen de las monedas oficiales del país, y que tienen como objetivo fundamental la promoción de proyectos económicos y sociales de carácter local, a la vez que la puesta en valor de los activos y recursos locales que no se encuentran dentro de los círculos y circuitos ordinarios de intercambio debido a la escasez de la moneda oficial. La implantación de estos sistemas monetarios permite promover transacciones económicas que de otro modo no tendrían lugar por ser la moneda oficial escasa. En definitiva, son sistemas organizados y gestionados destinados al intercambio de determinados productos y servicios producidos en el ámbito local. Por lo tanto, necesariamente han de ser sistemas con una dimensión espacial limitada, basados en conceptos de vecindad, solidaridad, conocimiento y confianza mutuos. No obstante, entre cada una de las denominaciones que hemos mencionado existen matices y diferencias. Por cuestiones de espacio vamos a tratar todos ellos de forma unívoca como monedas sociales, destacando lo que es común, y, sobre todo, los aspectos de solidaridad comunal. Según los defensores de la economía de solidaridad, son sistemas que contrastan con los mecanismos e instituciones de la economía dominante, fundamentalmente los bancos centrales y la banca privada, instituciones que son claramente recelosos de los sistemas monetarios sociales o complementarios. Según la doctrina militante de los sistemas monetarios sociales, los bancos centrales crean escasez de dinero y es precisamente la escasez de dinero la que genera las crisis y paraliza los sistemas económicos locales. En efecto, “las monedas nacionales convencionales y lo sistemas monetarios han sido programados para generar competencia y mantener la escasez. Si existen otras monedas disponibles, tendrá sentido continuar usando las monedas convencionales para los negocios, adquirir un auto, pagar el combustible o la cuenta del teléfono; pero para comunicarse con los vecinos, ocuparse de las personas mayores o ampliar los horizontes educativos de los niños, tal vez deba contemplarse el uso de una moneda que favorezca la cooperación.” (Lietaer) Los autores plantean una nueva forma de desarrollo económico regional estimulado por las monedas regionales o monedas complementarias. En el libro se hace una revisión conceptual y se abordan numerosas experiencias de éxito en el ámbito de las monedas complementarias en todo el mundo, así como las oportunidades que presentan para salir de la presente crisis. Las monedas complementarias y regionales no son sólo un instrumento de desarrollo económico, sino que es un instrumento transversal por el que se pueden alcanzar objetivos de carácter medioambiental, social, asistencial, sanitarios, etc. Las monedas complementarias surgieron en la Gran Depresión, y Japón se ha convertido en la actualidad en uno de sus principales bancos de pruebas.},

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Se entiende por sistemas monetarios sociales, también conocidos como alternativos, comunitarios, complementarios, locales, paralelos, etcétera, a aquellos sistemas monetarios que se crean al margen de las monedas oficiales del país, y que tienen como objetivo fundamental la promoción de proyectos económicos y sociales de carácter local, a la vez que la puesta en valor de los activos y recursos locales que no se encuentran dentro de los círculos y circuitos ordinarios de intercambio debido a la escasez de la moneda oficial. La implantación de estos sistemas monetarios permite promover transacciones económicas que de otro modo no tendrían lugar por ser la moneda oficial escasa. En definitiva, son sistemas organizados y gestionados destinados al intercambio de determinados productos y servicios producidos en el ámbito local. Por lo tanto, necesariamente han de ser sistemas con una dimensión espacial limitada, basados en conceptos de vecindad, solidaridad, conocimiento y confianza mutuos. No obstante, entre cada una de las denominaciones que hemos mencionado existen matices y diferencias. Por cuestiones de espacio vamos a tratar todos ellos de forma unívoca como monedas sociales, destacando lo que es común, y, sobre todo, los aspectos de solidaridad comunal. Según los defensores de la economía de solidaridad, son sistemas que contrastan con los mecanismos e instituciones de la economía dominante, fundamentalmente los bancos centrales y la banca privada, instituciones que son claramente recelosos de los sistemas monetarios sociales o complementarios. Según la doctrina militante de los sistemas monetarios sociales, los bancos centrales crean escasez de dinero y es precisamente la escasez de dinero la que genera las crisis y paraliza los sistemas económicos locales. En efecto, “las monedas nacionales convencionales y lo sistemas monetarios han sido programados para generar competencia y mantener la escasez. Si existen otras monedas disponibles, tendrá sentido continuar usando las monedas convencionales para los negocios, adquirir un auto, pagar el combustible o la cuenta del teléfono; pero para comunicarse con los vecinos, ocuparse de las personas mayores o ampliar los horizontes educativos de los niños, tal vez deba contemplarse el uso de una moneda que favorezca la cooperación.” (Lietaer) Los autores plantean una nueva forma de desarrollo económico regional estimulado por las monedas regionales o monedas complementarias. En el libro se hace una revisión conceptual y se abordan numerosas experiencias de éxito en el ámbito de las monedas complementarias en todo el mundo, así como las oportunidades que presentan para salir de la presente crisis. Las monedas complementarias y regionales no son sólo un instrumento de desarrollo económico, sino que es un instrumento transversal por el que se pueden alcanzar objetivos de carácter medioambiental, social, asistencial, sanitarios, etc. Las monedas complementarias surgieron en la Gran Depresión, y Japón se ha convertido en la actualidad en uno de sus principales bancos de pruebas.

15.

Lietaer B

Commercial Credit Circuit (C3): A Financial Innovation to Structurally Address Unemployment working_paper

2009.

Links | BibTeX

16.

Lietaer B; Ulanowicz R E; Goerner S J

Options for managing a systemic bank crisis Journal Article

In: Sapiens, vol. 2, iss. 1, pp. 1-15, 2009, ISSN: 1993-3819.

Abstract | Links | BibTeX

@article{Lietaer2009,

title = {Options for managing a systemic bank crisis},

author = {Bernard Lietaer and Robert E. Ulanowicz and Sally J. Goerner},

url = {http://sapiens.revues.org/747https://bernard-lietaer.org/wp-content/uploads/2022/07/2009-Options-for-managing-a-systemic-bank-crisis-Lietaer-Ulanowicz-Goerner2-annotated.pdf},

issn = {1993-3819},

year  = {2009},

date = {2009-01-01},

urldate = {2009-01-01},

journal = {Sapiens},

volume = {2},

issue = {1},

pages = {1-15},

abstract = {The on-going financial crisis results not from a cyclical or managerial failure, but from a structural one: more than 96 other major banking crises occurred over the past 20 years, and these crashes have happened under very different regulatory systems and at different stages of economic development. So far, conventional solutions are being applied?nationalization of the problem assets (as in the original Paulson bailout) or nationalization of the banks (as in Europe). These solutions only deal with the symptoms and not the systemic cause of today?s banking crisis. Similarly, the financial re-regulation that will be on everybody?s political agenda will, at best, reduce the frequency of such crises, but not avoid their re-occurrence. Better solutions are urgently needed because the last breakdown of this magnitude, the Great Depression of the 1930s, ended up in a wave of fascism and World War II. In this paper, we describe a recent conceptual breakthrough?based on the functioning of balanced ecosystems? that shows that all complex systems, including our monetary and financial ones, become structurally unstable whenever efficiency is overemphasized at the expense of diversity, interconnectivity and the crucial resilience they provide. The surprising insight from a systemic perspective is that sustainable vitality involves diversifying the types of currencies and institutions and introducing new ones that are designed specifically to increase the availability of money in its prime function as a medium of exchange, rather than for savings or speculation. Additionally, these currencies are expressly designed to link unused resources with unmet needs within a community, region or country. These currencies are know as complementary because they do not replace the conventional national money, but rather, operate in parallel with it. We propose that a systemic understanding and technical solution are now available that would ensure that such crashes become a phenomenon of the past. The most effective way for governments to support such a strategy of a more diverse and sustainable monetary ecology would be to accept a well-designed, robust complementary currency in partial payment of taxes during a period when banks are not in a position to fully finance the real economy. The choice of a complementary currency reflects both a technical issue (robustness and resilience against fraud) and a political one (what type of programs are desirable to support). A good candidate for consideration would be a professionally run business-to-business (B2B) complementary currency based on the model of the WIR system. This currency has been successfully operational for 75 years in Switzerland, involving a quarter of all the businesses in that country. Formal econometric analysis has proven that the WIR acts as a significant counter-cyclical stabilizing factor that explains the proverbial long-standing stability of the Swiss economy.},

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pubstate = {published},

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The on-going financial crisis results not from a cyclical or managerial failure, but from a structural one: more than 96 other major banking crises occurred over the past 20 years, and these crashes have happened under very different regulatory systems and at different stages of economic development. So far, conventional solutions are being applied?nationalization of the problem assets (as in the original Paulson bailout) or nationalization of the banks (as in Europe). These solutions only deal with the symptoms and not the systemic cause of today?s banking crisis. Similarly, the financial re-regulation that will be on everybody?s political agenda will, at best, reduce the frequency of such crises, but not avoid their re-occurrence. Better solutions are urgently needed because the last breakdown of this magnitude, the Great Depression of the 1930s, ended up in a wave of fascism and World War II. In this paper, we describe a recent conceptual breakthrough?based on the functioning of balanced ecosystems? that shows that all complex systems, including our monetary and financial ones, become structurally unstable whenever efficiency is overemphasized at the expense of diversity, interconnectivity and the crucial resilience they provide. The surprising insight from a systemic perspective is that sustainable vitality involves diversifying the types of currencies and institutions and introducing new ones that are designed specifically to increase the availability of money in its prime function as a medium of exchange, rather than for savings or speculation. Additionally, these currencies are expressly designed to link unused resources with unmet needs within a community, region or country. These currencies are know as complementary because they do not replace the conventional national money, but rather, operate in parallel with it. We propose that a systemic understanding and technical solution are now available that would ensure that such crashes become a phenomenon of the past. The most effective way for governments to support such a strategy of a more diverse and sustainable monetary ecology would be to accept a well-designed, robust complementary currency in partial payment of taxes during a period when banks are not in a position to fully finance the real economy. The choice of a complementary currency reflects both a technical issue (robustness and resilience against fraud) and a political one (what type of programs are desirable to support). A good candidate for consideration would be a professionally run business-to-business (B2B) complementary currency based on the model of the WIR system. This currency has been successfully operational for 75 years in Switzerland, involving a quarter of all the businesses in that country. Formal econometric analysis has proven that the WIR acts as a significant counter-cyclical stabilizing factor that explains the proverbial long-standing stability of the Swiss economy.

17.

Lietaer B; Ulanowicz R E; Goerner S J

All the Options for Managing a Systemic Bank Crisis working_paper

2008.

Links | BibTeX

18.

Lietaer B; Kennedy M

Monnaies Régionales: de nouvelles voies vers une prospérité durable Book

Éditions Charles Léopold Mayer (ECLM), 2008.

Abstract | BibTeX

19.

Lietaer B; Ulanowicz R E; Goerner S J

Toutes les options pour gérer une crise bancaire systémique working_paper

2008.

Links | BibTeX

20.

Lietaer B; Ulanowicz R E; Goerner S J

Opties voor het beheren van een systeemcrisis bij de banken working_paper

2008.

Abstract | Links | BibTeX

@working_paper{Lietaer2008h,

title = {Opties voor het beheren van een systeemcrisis bij de banken},

author = {Bernard Lietaer and Robert E. Ulanowicz and Sally J. Goerner},

url = {https://bernard-lietaer.org/wp-content/uploads/2022/07/2008-Opties-voor-het-beheren-van-een-systeemcrisis-bij-de-banken-Lietaer-Ulanowicz-Goerner-annotated.pdf},

year  = {2008},

date = {2008-01-01},

urldate = {2008-01-01},

abstract = {De huidige financiële crisis is niet het resultaat van een management falen of cyclische fouten maar van structurele problemen: in de voorbije 20 jaar hebben we meer dan 96 grote bankcrisissen gekend, en deze ineenstortingen kwamen voor onder erg verschillende reguleringssystemen en in verschillende ontwikkelingsstadia van een economie. Totnogtoe zijn enkel conventionele oplossingen toegepast – nationalisering van de probleemkredieten (zoals in het originele Paulson reddingsplan) of nationalisering van banken (zoals in Europa). Deze maatregelen verhelpen enkel de symptomen maar niet de systeemeigen oorzaak van de huidige bankcrisis. Op dezelfde manier zullen de financiële herreguleringen, die op ieders politieke agenda zullen staan, hoogstens de regelmaat van een dergelijke crisis verminderen, maar niet vermijden dat het opnieuw gebeurt. Betere oplossingen zijn dringend aan de orde, want de vorige instorting van die omvang, de Grote Depressie van de jaren ’30, draaide uit op een golf van fascisme en wereldoorlog II. In deze verhandeling beschrijven we een recente conceptuele doorbraak, gebaseerd op ecosystemen in evenwicht, die aantoont dat alle complexe systemen, ook monetaire en financiële, structureel labiel worden wanneer teveel nadruk ligt op efficiëntie, ten koste van diversiteit en verbondenheid die de cruciale veerkracht verzekeren. Het punt is niet dat ecosystemen een handige metafoor zijn om economie te beschrijven. Het punt is dat economie en ecosystemen dieperliggende wetten volgen die voor alle complexe kringloopsystemen gelden, zo ook economie en ecosystemen. Het verrassende inzicht dat dit systeemperspectief brengt, is dat duurzame dynamiek op financieel gebied een diversificatie van betaalmiddelen en instituties vraagt, via het invoeren van nieuwe betaalmiddelen, speciaal ontworpen om geld meer beschikbaar te hebben in zijn primaire functie van ruilmiddel, eerder dan van spaar- of speculatiemiddel. Bovendien zijn deze middelen speciaal ontworpen om onbenutte deugden te verenigen met onvervulde noden in een gemeenschap, regio of land. Deze betaalmiddelen noemen we complementair omdat ze de conventionele, nationale munt niet vervangen maar daar parallel mee functioneren. Deze systeembenadering is beschikbaar, en alles is in gereedheid om een technische oplossing te implementeren die ervoor zorgt dat de vernietigende effecten van bancaire en/of monetaire crashes tot het verleden behoren. Een overheid kan deze strategie van grotere diversiteit en duurzaamheid in munten het best ondersteunen door gedeeltelijk, in periodes waar banken niet meer in staat zijn om de echte economie voldoende te financieren, betalingen van belasting te aanvaarden in een goed ontworpen complementaire munt. De keuze van het complementair systeem is een technische aangelegenheid (duurzaam en bestand tegen fraude) en een politieke (welke activiteiten willen we steunen). Een goede kandidaat is een complementaire, professioneel beheerde, business-to-business (B2B) munt, naar het voorbeeld van het WIR-systeem. Deze munt is al 75 jaar succesvol in Zwitserland, en vertegenwoordigt vandaag een kwart van alle business in het land. Econometrische analyses door vakgenoten hebben uitgewezen dat de WIR een belangrijke, contracyclische, stabiliserende factor is die de spreekwoordelijke stabiliteit van de Zwitserse economie verklaart.},

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pubstate = {published},

tppubtype = {working_paper}

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De huidige financiële crisis is niet het resultaat van een management falen of cyclische fouten maar van structurele problemen: in de voorbije 20 jaar hebben we meer dan 96 grote bankcrisissen gekend, en deze ineenstortingen kwamen voor onder erg verschillende reguleringssystemen en in verschillende ontwikkelingsstadia van een economie. Totnogtoe zijn enkel conventionele oplossingen toegepast – nationalisering van de probleemkredieten (zoals in het originele Paulson reddingsplan) of nationalisering van banken (zoals in Europa). Deze maatregelen verhelpen enkel de symptomen maar niet de systeemeigen oorzaak van de huidige bankcrisis. Op dezelfde manier zullen de financiële herreguleringen, die op ieders politieke agenda zullen staan, hoogstens de regelmaat van een dergelijke crisis verminderen, maar niet vermijden dat het opnieuw gebeurt. Betere oplossingen zijn dringend aan de orde, want de vorige instorting van die omvang, de Grote Depressie van de jaren ’30, draaide uit op een golf van fascisme en wereldoorlog II. In deze verhandeling beschrijven we een recente conceptuele doorbraak, gebaseerd op ecosystemen in evenwicht, die aantoont dat alle complexe systemen, ook monetaire en financiële, structureel labiel worden wanneer teveel nadruk ligt op efficiëntie, ten koste van diversiteit en verbondenheid die de cruciale veerkracht verzekeren. Het punt is niet dat ecosystemen een handige metafoor zijn om economie te beschrijven. Het punt is dat economie en ecosystemen dieperliggende wetten volgen die voor alle complexe kringloopsystemen gelden, zo ook economie en ecosystemen. Het verrassende inzicht dat dit systeemperspectief brengt, is dat duurzame dynamiek op financieel gebied een diversificatie van betaalmiddelen en instituties vraagt, via het invoeren van nieuwe betaalmiddelen, speciaal ontworpen om geld meer beschikbaar te hebben in zijn primaire functie van ruilmiddel, eerder dan van spaar- of speculatiemiddel. Bovendien zijn deze middelen speciaal ontworpen om onbenutte deugden te verenigen met onvervulde noden in een gemeenschap, regio of land. Deze betaalmiddelen noemen we complementair omdat ze de conventionele, nationale munt niet vervangen maar daar parallel mee functioneren. Deze systeembenadering is beschikbaar, en alles is in gereedheid om een technische oplossing te implementeren die ervoor zorgt dat de vernietigende effecten van bancaire en/of monetaire crashes tot het verleden behoren. Een overheid kan deze strategie van grotere diversiteit en duurzaamheid in munten het best ondersteunen door gedeeltelijk, in periodes waar banken niet meer in staat zijn om de echte economie voldoende te financieren, betalingen van belasting te aanvaarden in een goed ontworpen complementaire munt. De keuze van het complementair systeem is een technische aangelegenheid (duurzaam en bestand tegen fraude) en een politieke (welke activiteiten willen we steunen). Een goede kandidaat is een complementaire, professioneel beheerde, business-to-business (B2B) munt, naar het voorbeeld van het WIR-systeem. Deze munt is al 75 jaar succesvol in Zwitserland, en vertegenwoordigt vandaag een kwart van alle business in het land. Econometrische analyses door vakgenoten hebben uitgewezen dat de WIR een belangrijke, contracyclische, stabiliserende factor is die de spreekwoordelijke stabiliteit van de Zwitserse economie verklaart.

21.

Lietaer B; Ulanowicz R E; Goerner S J

Opciones para gestionar la crisis sistémica de la Banca working_paper

2008.

Abstract | Links | BibTeX

@working_paper{Lietaer2008d,

title = {Opciones para gestionar la crisis sistémica de la Banca},

author = {Bernard Lietaer and Robert E. Ulanowicz and Sally J. Goerner},

url = {https://bernard-lietaer.org/wp-content/uploads/2022/07/2008-Opciones-para-gestionar-la-crisis-sistemica-de-la-Banca-Lietaer-Ulanowicz-Goerner-annotated.pdf},

year  = {2008},

date = {2008-01-01},

urldate = {2008-01-01},

abstract = {La crisis financiera que sufrimos no es el resultado de un fallo cíclico o de gestión, sino que es estructural. Parte de la evidencia para esta afirmación es que ya ha habido más de 96 importantes crisis bancarias en los últimos 20 años, y que ese tipo de incidentes han ocurrido incluso bajo muy diferentes sistemas de regulación y en diferentes estadios de desarrollo económico. Necesitamos urgentemente encontrar mejores soluciones porque la última vez que nos enfrentamos a un fallo de esta magnitud, la gran Depresión de los años 30 acabó con una ola de fascismo y con la 2ª guerra mundial. Porque aplicando las soluciones convencionales, (nacionalización de activos problemáticos, como en el original rescate de Paulson, o la nacionalización de los bancos (como en Europa), sólo estamos tratando los síntomas, no la causa estructural de la crisis bancaria actual. Análogamente, la regulación financiera que está en la agenda política de todos, como mucho reducirá la frecuencia de este tipo de crisis, pero no evitará su recurrencia. La buena noticia es que ahora disponemos de una comprensión sistémica y de soluciones técnicas para lograr que estas crisis se conviertan en un fenómeno del pasado. Un descubrimiento conceptual reciente que proviene de la observación de los ecosistemas, equilibrados, con una estructura razonable, y altamente funcionales, prueba que cualquier sistema complejo, incluidos nuestros sistemas monetarios y financieros, se vuelven estructuralmente inestables cuando se sobre-enfatiza la eficiencia a expensas de la diversidad, la inter-conectividad y la crucial resiliencia que estas proveen. La sorprendente “a-ha” sistémica es que una vitalidad sostenible implica diversificar nuestros tipos de moneda e instituciones, introduciendo otros que estén específicamente diseñados para incrementar la disponibilidad de dinero en su función primaria como medio de intercambio, más que para ahorro o especulación. Además, esas monedas se diseñan expresamente para conectar lo que de otra manera quedarían como recursos sin usar y necesidades no cubiertas dentro de una comunidad, región o país. Este tipo de monedas se conocen como “complementarias” porque no reemplazan a la moneda nacional convencional, sino que más bien operan en paralelo con ella. La manera más efectiva para los gobiernos de apoyar esta estrategia de una ecología monetaria más diversa y sostenible, sería aceptar una robusta y bien elegida moneda local para el pago parcial de impuestos, durante el período en que los bancos no estén en situación de financiar totalmente la economía real. La elección de qué moneda complementaria aceptar, refleja tanto un aspecto técnico (robustez y resiliencia contra el fraude) como un asunto político (qué tipo de actividades se quieren apoyar). Recomendamos como un primer candidato para este papel, una moneda complementaria para intercambio entre profesiones, negocio por negocio (B2B), según el modelo del sistema WIR que ha funcionado bien durante 75 años en Suiza, implicando a la cuarta parte de los negocios del país. Este sistema ha sido acreditado por un análisis econométrico americano, como un significante factor estabilizador contra cíclico, que explica la proverbial estabilidad de la economía suiza.},

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pubstate = {published},

tppubtype = {working_paper}

}

La crisis financiera que sufrimos no es el resultado de un fallo cíclico o de gestión, sino que es estructural. Parte de la evidencia para esta afirmación es que ya ha habido más de 96 importantes crisis bancarias en los últimos 20 años, y que ese tipo de incidentes han ocurrido incluso bajo muy diferentes sistemas de regulación y en diferentes estadios de desarrollo económico. Necesitamos urgentemente encontrar mejores soluciones porque la última vez que nos enfrentamos a un fallo de esta magnitud, la gran Depresión de los años 30 acabó con una ola de fascismo y con la 2ª guerra mundial. Porque aplicando las soluciones convencionales, (nacionalización de activos problemáticos, como en el original rescate de Paulson, o la nacionalización de los bancos (como en Europa), sólo estamos tratando los síntomas, no la causa estructural de la crisis bancaria actual. Análogamente, la regulación financiera que está en la agenda política de todos, como mucho reducirá la frecuencia de este tipo de crisis, pero no evitará su recurrencia. La buena noticia es que ahora disponemos de una comprensión sistémica y de soluciones técnicas para lograr que estas crisis se conviertan en un fenómeno del pasado. Un descubrimiento conceptual reciente que proviene de la observación de los ecosistemas, equilibrados, con una estructura razonable, y altamente funcionales, prueba que cualquier sistema complejo, incluidos nuestros sistemas monetarios y financieros, se vuelven estructuralmente inestables cuando se sobre-enfatiza la eficiencia a expensas de la diversidad, la inter-conectividad y la crucial resiliencia que estas proveen. La sorprendente “a-ha” sistémica es que una vitalidad sostenible implica diversificar nuestros tipos de moneda e instituciones, introduciendo otros que estén específicamente diseñados para incrementar la disponibilidad de dinero en su función primaria como medio de intercambio, más que para ahorro o especulación. Además, esas monedas se diseñan expresamente para conectar lo que de otra manera quedarían como recursos sin usar y necesidades no cubiertas dentro de una comunidad, región o país. Este tipo de monedas se conocen como “complementarias” porque no reemplazan a la moneda nacional convencional, sino que más bien operan en paralelo con ella. La manera más efectiva para los gobiernos de apoyar esta estrategia de una ecología monetaria más diversa y sostenible, sería aceptar una robusta y bien elegida moneda local para el pago parcial de impuestos, durante el período en que los bancos no estén en situación de financiar totalmente la economía real. La elección de qué moneda complementaria aceptar, refleja tanto un aspecto técnico (robustez y resiliencia contra el fraude) como un asunto político (qué tipo de actividades se quieren apoyar). Recomendamos como un primer candidato para este papel, una moneda complementaria para intercambio entre profesiones, negocio por negocio (B2B), según el modelo del sistema WIR que ha funcionado bien durante 75 años en Suiza, implicando a la cuarta parte de los negocios del país. Este sistema ha sido acreditado por un análisis econométrico americano, como un significante factor estabilizador contra cíclico, que explica la proverbial estabilidad de la economía suiza.

22.

Lietaer B; Ulanowicz R E; Goerner S J

Wege zur Bewältigung systemischer Bankenkrisen working_paper

2008.

Abstract | Links | BibTeX

@working_paper{Lietaer2008g,

title = {Wege zur Bewältigung systemischer Bankenkrisen},

author = {Bernard Lietaer and Robert E. Ulanowicz and Sally J. Goerner},

url = {https://bernard-lietaer.org/wp-content/uploads/2022/07/2008-Wege-zur-Bewaltigung-systemischer-Bankenkrisen-Lietaer-Ulanowicz-Goerner-annotated.pdf},

isbn = {9781119130536},

year  = {2008},

date = {2008-01-01},

urldate = {2008-01-01},

pages = {30},

abstract = {Die fortlaufende Finanzkrise ist nicht das Ergebnis eines zyklisch auftretenden oder betriebswirtschaftlichen Versagens, sondern strukturell bedingt. Diese Aussage wird unter anderem dadurch belegt, dass es im Laufe der vergangenen 20 Jahre bereits mehr als 96 bedeutende Bankenkrisen gegeben hat und dass solche Pleiten auch in verschiedenen Kontrollsystemen und Stadien der wirtschaftlichen Entwicklung passiert sind. Wir müssen dringend bessere Lösungen finden, denn als wir dem letzten Zusammenbruch dieses Ausmaßes gegenüber standen - der Weltwirtschaftskrise der 1930-er Jahre - führte dies zu einer Welle des Faschismus und zum zweiten Weltkrieg. Doch die bisher angewendeten üblichen Lösungen – Verstaatlichung der Problem-Aktiva (wie im ursprünglichen Paulson-Rettungsplan) oder Verstaatlichung der Banken (wie in Europa) – behandeln nur die Symptome, nicht die grundlegende Ursache der derzeitigen Bankenkrise. Auch wird die Neuregulierung des Finanzsektors, die alle auf ihrer politischen Agenda haben, im besten Fall die Häufigkeit solcher Krisen reduzieren, nicht aber ihr erneutes Auftreten verhindern. Die gute Nachricht: Es stehen nun eine systemische Betrachtungsweise und eine fachgerechte Lösung zur Verfügung, die aus solchen Pleiten ein Phänomen der Vergangenheit machen würde. Durch einen kürzlich erfolgten wissenschaftlichen Durchbruch, der das Konzept ausbalancierter, strukturell intakter und gut funktionierender Ökosystemen erklärt, lässt sich nun belegen, dass alle komplexen Systeme – einschließlich der monetären und finanziellen – strukturell instabil werden, sobald die Produktivität überbetont wird auf Kosten von Vielfalt und Vernetzung sowie der entscheidenden Widerstandsfähigkeit, die diese bieten. Das überraschend Grundlegende und Anwendbare dieser Erkenntnis liegt darin, dass es zu nachhaltigem Wohlstand gehört, Vielfalt auch in unsere Währungen und dazugehörigen Institutionen zu bringen, und damit die Verfügbarkeit von Geld in seiner wesentlichen Funktion als Tauschmittel zu erhöhen, statt als Mittel zum Sparen und für Spekulation. Zudem sind diese Währungen speziell so gestaltet, dass sie andernfalls ungenutzte Ressourcen mit unbefriedigten Bedürfnissen innerhalb einer Gemeinschaft, einer Region oder eines Landes verbinden. Diese Währungen werden als „ergänzend“ bezeichnet, weil sie das national gebräuchliche Geld nicht ersetzen, sondern vielmehr parallel dazu benutzt werden.},

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pubstate = {published},

tppubtype = {working_paper}

}

Die fortlaufende Finanzkrise ist nicht das Ergebnis eines zyklisch auftretenden oder betriebswirtschaftlichen Versagens, sondern strukturell bedingt. Diese Aussage wird unter anderem dadurch belegt, dass es im Laufe der vergangenen 20 Jahre bereits mehr als 96 bedeutende Bankenkrisen gegeben hat und dass solche Pleiten auch in verschiedenen Kontrollsystemen und Stadien der wirtschaftlichen Entwicklung passiert sind. Wir müssen dringend bessere Lösungen finden, denn als wir dem letzten Zusammenbruch dieses Ausmaßes gegenüber standen - der Weltwirtschaftskrise der 1930-er Jahre - führte dies zu einer Welle des Faschismus und zum zweiten Weltkrieg. Doch die bisher angewendeten üblichen Lösungen – Verstaatlichung der Problem-Aktiva (wie im ursprünglichen Paulson-Rettungsplan) oder Verstaatlichung der Banken (wie in Europa) – behandeln nur die Symptome, nicht die grundlegende Ursache der derzeitigen Bankenkrise. Auch wird die Neuregulierung des Finanzsektors, die alle auf ihrer politischen Agenda haben, im besten Fall die Häufigkeit solcher Krisen reduzieren, nicht aber ihr erneutes Auftreten verhindern. Die gute Nachricht: Es stehen nun eine systemische Betrachtungsweise und eine fachgerechte Lösung zur Verfügung, die aus solchen Pleiten ein Phänomen der Vergangenheit machen würde. Durch einen kürzlich erfolgten wissenschaftlichen Durchbruch, der das Konzept ausbalancierter, strukturell intakter und gut funktionierender Ökosystemen erklärt, lässt sich nun belegen, dass alle komplexen Systeme – einschließlich der monetären und finanziellen – strukturell instabil werden, sobald die Produktivität überbetont wird auf Kosten von Vielfalt und Vernetzung sowie der entscheidenden Widerstandsfähigkeit, die diese bieten. Das überraschend Grundlegende und Anwendbare dieser Erkenntnis liegt darin, dass es zu nachhaltigem Wohlstand gehört, Vielfalt auch in unsere Währungen und dazugehörigen Institutionen zu bringen, und damit die Verfügbarkeit von Geld in seiner wesentlichen Funktion als Tauschmittel zu erhöhen, statt als Mittel zum Sparen und für Spekulation. Zudem sind diese Währungen speziell so gestaltet, dass sie andernfalls ungenutzte Ressourcen mit unbefriedigten Bedürfnissen innerhalb einer Gemeinschaft, einer Region oder eines Landes verbinden. Diese Währungen werden als „ergänzend“ bezeichnet, weil sie das national gebräuchliche Geld nicht ersetzen, sondern vielmehr parallel dazu benutzt werden.

23.

Lietaer B

Le C3 (« Circuit de Crédit Commercial ») - Une innovation financière stimulant structurellement l’emploi working_paper

2008.

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